
Juana e Ignacio querían dar nueva vida a su terraza. Un espacio destinado a su perrito Balto quien justo antes de marcharse les pidió que el espacio en el que había crecido, encontrara su ikigai.
"Ikigai es un concepto japonés que significa, literalmente, razón de vivir o razón de ser. Se trata de la combinación de las palabras japonesas iki (生き), que se traduce como vida y gai (甲斐), que se traduce como valor.
Según la cultura japonesa todos tenemos un ikigai, es decir, un propósito de la vida o una actividad que nos hace muy felices, que se nos da bien y que al mismo tiempo contribuye a nuestra comunidad. Encontrarlo requiere emprender un camino de emprendimiento y crecimiento personal, es decir, un autoconocimiento constante y tenaz que lleva al mejor de los premios: calidad de vida."
Aprovechando la naturaleza innata que sostenía el espacio, dimos protagonismo a la piedra bajando la intensidad de la pared, eligiendo mobiliario que aportase luz e incorporando vegetación que oxigenara el entorno.
Nuestro diseño debería cumplir dos misiones:
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Crear un espacio de meditación e introspección en contacto con la naturaleza.
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Crear una zona de reunión familiar que en caso de ser necesario pudiese acoger a 16 comensales.
Para ello, comenzamos con la zonificación del espacio estudiando la entrada de luz natural y la orientación, teniendo en cuenta el horario de las diferentes actividades.

ANTES

DESPUÉS



Finalmente definimos un espacio salvaje a la entrada en el que la piedra volcánica, el suelo de barro y la vegetación, fueran la unión perfecta para esa carácter que buscábamos.


Eliminamos todo el ruido del entorno para dejar introducir vegetación autóctona. Esta sería nuestra pieza esencial para aumentar la biofilia del espacio manteniendo el ecosistema que ya poseía. Como iluminación decorativa, utilizamos lámparas solares perforadas con las que crear un ambiente relajado y disfrutar de la luz tamizada en las noches de verano.
Para la zona de reunión y sobremesa, se eligieron plantas como Ave del paraíso o Kentia siguiendo con el carácter del espacio e introduciendo mobiliario de líneas sencillas y fácil mantenimiento. Decidimos colocar una alfombra para exterior que delimitase las dimensiones de la zona y que nos permitiese crear un punto focal.
Respecto a la iluminación, se respetaron los dos apliques de pared ya existentes y se potenció la luz decorativa con guirnaldas que pudieran ser colocadas en ocasiones especiales siguiendo las necesidades de nuestros clientes.


