Cuando Lola y López se pusieron en contacto conmigo para dar forma a su particular boda en cuatro meses, no dudé en aceptar el reto. Sin protocolo, con gymkana y en plena naturaleza, diseñamos un evento íntimo y auténtico.
Como concepto principal, buscábamos crear una Verbena de pueblo en la que los diferentes espacios de la finca acogieran las actividades programadas: tatuador, caricaturista, concierto y gymkana de juegos tradicionales. Con todas ellas, quisimos traer al evento la esencia natural, divertida y generosa con la que ambos se enfrentan al mundo.
.png)
El evento en sí comenzó con la entrada de los novios en una antigua motocicleta al más puro estilo de los cincuenta acompañados por una Charanga que marcó el incio de la fiesta.
Durante el catering llevado a cabo por Localdensayo, creamos un ambiente distendido utilizando mesas altas de madera y taburetes de mimbre en la zona de sombrillas. Aprovechando la sombra natural de los pinos, colocamos una mesa larga para 80 comensales con diferentes modelos de sillas consolidando de nuevo el carácter alternativo de todo el evento. Como arreglos florales, se utilizaron claveles y margaritas blancas en jarrones de cristal alternados con Gerberas de colores vivos y ramas de olivo.
Después del banquete, dio comienzo La Verbena con un concierto del grupo Karmacadabra, la estación de caricaturas y el tatuador seguidos por dos foodtrucks; uno de ellos de perritos calientes, salchipapas y pizza vegetariana y el otro, como no podía ser de otra manera, de la aclamada pastelería de Bullas "La Torrija" con sus maravillosos dulces.
Durante la barra libre, se crearon varios espacios de chill out junto a la piscina y un photocall retro con un maravilloso sofá chester y el neón que Lola y López eligieron para su día: "Ama, ama y ensancha el alma".
